Decorar una habitación infantil es algo que hace mucha ilusión. Es el lugar en el que pasarán más tiempo los más pequeños de la casa, así que hay que hacer todo lo posible para que se sientan a gusto.
En este artículo vamos a compartir 5 trucos que harán que esa habitación no solo sea de tu agrado, sino que también sea del agrado de tus hijos, que al fin y al cabo son los que la van a disfrutar más. ¿Empezamos?
1- Color, ¡mucho color!
No te vamos a decir que no haya que ser algo precavido a la hora de decorar un salón, un comedor o un despacho. Sin embargo, con una habitación infantil no deberíamos vernos tan condicionados, ya que hay que romper con la sobriedad que en ocasiones nos atenaza y no tenemos por qué utilizar colores neutros, que por otra parte no están nada mal y son muy válidos en función de lo que deseemos.
No tengas miedo y mezcla colores. Haz que la habitación sea alegre y ten en cuenta la opinión de tus hijos para que se sientan partícipes de una elección que les incumbe. Eso sí, no permitas combinaciones de color horrorosas por mucho que a ellos les gusten.
2- Que no falten los textiles
A pesar de que hay textiles que pueden acumular mucho polvo, hay que decir que en una habitación infantil todos ellos son bienvenidos. Cortinas, alfombras, cojines, mantas, plaids… Tienes un arsenal de productos textiles a tu disposición para crear una habitación de ensueño. Solo tienes que mirar de combinarlos de la mejor forma posible para que el resultado sea idóneo. Nosotros te recomendamos colocar una alfombra redonda en el centro, ya que gracias a ella podrán jugar libremente sin que los golpes molesten a los vecinos, algo especialmente útil cuando todavía son pequeños.
3- El almacenamiento, fundamental para mantener el orden
Es habitual ver habitaciones infantiles en las que no hay orden. ¿Por qué? Tal vez porque los niños son desordenados, pero la culpa también la pueden tener sus padres, que deberían pensar en un sinfín de soluciones de almacenamiento para que los pequeños puedan recoger los juguetes. Deben saber dónde va cada cosa, y para ello no hay nada como empezar a recoger junto a ellos, haciéndoles ver lo importante que es tener su cuarto ordenado para encontrárselo en condiciones al día siguiente. Te puedes valer de estanterías, cestas, cajas con ruedas… Hay muchas opciones.
4- Los muebles
La elección de los muebles es la más compleja de todas. Nos surgen muchas dudas porque sabemos que los niños crecen y dejan de tener las mismas necesidades. además, la cuna pasa a ser una cama, y esa cama que al principio es pequeña acaba siendo grande. Es por ello que hay quienes prefieren comprar muebles evolutivos, que a pesar de suponer un importante desembolso al principio, permiten ahorrar dinero porque se adaptan al crecimiento del niño.
Lo que está claro es que en una habitación infantil no pueden faltar tres zonas que deben quedar bien definidas: la de estudio, la de descanso y la de juego. En base a ello hay que elaborar una distribución adecuada comprando los muebles que puedan satisfacer todas las necesidades.
5- Creatividad al poder
Es bueno que los niños se sientan relajados, y para ello no hay nada como optar por colores que transmiten serenidad, como por ejemplo el azul. Sin embargo, también hay que pensar en la creatividad, en la capacidad que tienen los niños para inventar. La decoración de la habitación puede influir en que quieran ser más o menos creativos, así que no hay que caer en el error de decorar con elementos que no dicen nada.