¿No sabes por qué estilo decorativo decantarte para decorar tu hogar? ¡Pues hoy vamos a proponerte que apuestes por el minimalismo, uno de los estilos que está más presente en las viviendas actuales. Caracterizado por la simplicidad de sus formas, las líneas puras, los espacios despejados y los colores neutros, este estilo decorativo pretende proyectar viviendas sin disfraces y sin muchos deslumbramientos. Y es que mientras que para algunos resulta imprescindible llenar todos los espacios vacíos, otros luchan por poder moverse en un espacio prácticamente vacío dentro de las propias paredes de casa. Es lo que se conoce como el “menos es más” de Mies Van der Rohe.
Orígenes del minimalismo
El minimalismo surge en los años 60 en Nueva York por la necesidad de hacerle frente al colorismo del Pop Art de Andy Warhol, a los medios de comunicación de masas, al fenómeno de lo comercial y de un arte que se basaba en la apariencia. Sin embargo, sus orígenes se encuentran en la Europa de los años 20, con las primeras ideas del arquitecto alemán Ludwig Mies Van der Rohe, que elaboró una teoría sobre la pureza de las formas y el espacio.
No muy adecuado para familias con niños
Como te hemos comentado anteriormente, el principio fundamental del minimalismo fue resumido por Van der Rohe con la frase “menos es más”. Por eso, es perfecto para aquellas personas ordenadas, serenas y tranquilas, que buscan un hogar en el que puedan relajarse y olvidarse de sus problemas. Como el orden y la simpleza son características importantísimas de este estilo, no es demasiado adecuado para una familia con niños.
Colores
Los colores protagonistas de este estilo son los neutros como el blanco, el negro y el gris. Si te parecen colores demasiados fríos, siempre puedes darle calor a la estancia agregando tonalidades como el beige o el marrón. Eso sí, las paredes es mejor que sean blancas, ya que ayudan a que el espacio se vea más luminoso. Además, también son muy característicos de este estilo los muebles blancos, como el sofá extraíble y reclinable que puedes ver a continuación.
Aunque no son necesarios, también puedes añadir toques de color que le otorgarán más diversidad a la decoración. ¿Cómo? Por ejemplo, a través de la pintura con una pared de acento o con un mueble especial, como un sofá, una silla o un puf de un color vibrante. Un buen ejemplo es el puf cuadrado que puedes ver en la siguiente fotografía.
Muebles
Más allá de apostar por colores neutros, el minimalismo se caracteriza por la simplicidad de los muebles, que suelen ser de líneas rectas. Normalmente, estos son más anchas que altas, además de geométricos. Lo mejor es escoger pocas piezas pero de buena calidad. Como te hemos comentado, es mejor escoger colores claros, aunque si necesitas mobiliario que sea fácil de cuidar (tienes animales o niños pequeños en casa), también puedes decantarte por muebles más oscuros, aunque neutros.
Aunque te acabamos de comentar que es mejor colocar pocos muebles en la decoración, es imprescindible que entre ellos se encuentren piezas que faciliten la organización y el orden, como armarios y estanterías. Además, deberás recurrir a diferentes trucos, como, por ejemplo, aprovechar el hueco de debajo de la cama.
Accesorios e iluminación
Y como la decoración deberá ser funcional, es mejor no colocar demasiados objetos decorativos y, los que haya, deberían ser funcionales, como una lámpara con un diseño simple. Por el contrario, sí que deberás contar con una buena iluminación para que el espacio se vea limpio y ordenado. Por tanto, si cuentas con poca luz natural, deberás tener la suficiente luz artificial.