Dormir el número de horas recomendadas (los especialistas suelen recomendar unas 7 u 8 horas), sin interrupciones y de forma cómoda no solo es esencial para rendir al máximo al día siguiente, sino que es fundamental para mantener una buena salud. Y es que, aunque muchas personas no lo crean, un mal descanso puede influir muy negativamente en nuestras vidas. Por eso, el objetivo principal a la hora de decorar el dormitorio de matrimonio debe ser proporcionar un agradable descanso. En este sentido, los colores de las paredes juegan un papel fundamental. Eso sí, cuando se trata de habitaciones de matrimonio, también hay que tener otros factores en cuenta. Para ponértelo más fácil a la hora de decorar esta estancia, hoy vamos a darte las claves sobre cómo pintar un dormitorio de matrimonio. ¿Nos acompañas?
Llegar a un consenso
Escoger los colores para pintar una habitación puede ser más complicado cuando se trata de decorar una habitación de matrimonio que un dormitorio individual, ya que se tiene que llegar a un consenso para que ambos integrantes estén cómodos en este espacio del hogar. Lo ideal en estos casos es no optar ni por tonalidades demasiado masculinas ni muy femeninas, sino por un tono neutro, como el que puedes ver en el siguiente dormitorio de matrimonio.
Dependiendo de los metros cuadrados y la luz natural
Para poder llegar a un acuerdo, ante de nada es importante que los dos miembros de la pareja tengan en cuenta cuáles son las características de la habitación y qué se puede conseguir con cada color. Así, lo más importante es saber que los colores claros, especialmente el blanco, son los más adecuadas para dormitorios pequeños o escasa luz natural.
Colores fríos, cálidos y pasteles
Por otro lado, también es esencial saber que los colores fríos, como los verdes o los azules, proporcionan sensación de tranquilidad, aunque también pueden empeorar procesos depresivos, mientras que los tonos cálidos, como los naranjas o rojos, fomentan la actividad, por lo que pueden alterar el sueño e, incluso, provocar insomnio. Por su parte, los tonos pasteles generan sensaciones relajantes y, además, proporcionan profundidad en el dormitorio, por lo que son siempre una buena elección.
Para despertar la pasión
Aunque el verde, el azul y los pasteles son colores ideales para conseguir un dormitorio relajante, si lo que quieres es que tu habitación sea un lugar en el que se despierte la pasión deberás optar por otras tonalidades. Siempre se había creído que el rojo era el color más adecuado para este objetivo, pero lo cierto es que no es muy recomendable para una estancia como ésta. Por eso, puede ser una buena idea optar por el morado, preferiblemente en una versión suave.
Combinar diferentes colores
Si no quieres pintar todas las paredes de la misma tonalidad o, simplemente, te apetece que tu color favorito esté presente en el dormitorio a pesar de que sea oscuro o demasiado enérgico, puedes optar por combinar diferentes tonalidades. Eso sí, es importante que éstas se complementen entre ellas. Lo más recomendable en este caso es pintar la pared del cabecero, que es la que no se ve desde la cama, del color más fuerte y vibrante, y escoger un tono claro para el resto de paredes. Lo que conseguirás con esto es que la pared del cabecero centre la atención visual, especialmente si la cama es de un tono que contraste. Por ejemplo, si la pared es azul oscuro, es buena idea que el cabecero sea blanco. Puedes ver un ejemplo de lo que te acabamos de comentar en el dormitorio de matrimonio de la siguiente imagen.
Otra posible opción es dividir las paredes de manera que el color más neutro o claro se encuentre en la mitad superior de las paredes y el más intenso en la parte inferior. Podrás crear la división tanto con líneas rectas como curvas.