¿Tienes un hijo en plena adolescencia? Pues entonces sabrás que no es nada fácil encontrar la habitación perfecta para él. El principal problema es que sus gustos suelen ser efímeros y, además, no siempre es posible complacer las expectativas tanto de padres como de los propios hijos. De cualquier forma, siempre nos tenemos que basar en un presupuesto y, a partir de ahí, lograr que el dormitorio juvenil sea lo más completo posible para que permita al joven sentirse a gusto en el que será su principal refugio.
Tener en cuenta sus gustos y necesidades
La clave a la hora de decorar la habitación de un adolescente es hablar con él o con ella sobre sus gustos, compartir ideas, saber qué le interesa tener en su dormitorio, qué tipo de colores prefiere… En definitiva, es importante tener una charla con el joven para que participe y exponga cuál sería su habitación ideal y, a partir de ahí, llegar a un acuerdo. Por supuesto, también es necesario tener en cuenta las actividades que suele realizar y sus hobbies. Así, sabrás si es necesaria un área de maquillaje, un espacio para escuchar música y tocar la guitarra, un amplio armario para guardar toda su ropa…
Siempre debes tener en cuenta que la habitación de tu hijo adolescente es su refugio. En ella duerme, pasa sus ratos libres en casa, lee, estudia, charla con sus amigos… Por eso, como te decíamos antes, la decoración debe estar adaptada a todas estas actividades. Para recibir a sus amigos, por ejemplo, se puede optar por diferentes soluciones. Si se cuenta con suficiente espacio, un sofá cómodo y divertido puede ser una genial opción. Pero como lo más normal es contar con espacios reducidos, lo mejor es colocar algún que otro puf, que además de ser una pieza que encanta a los más jóvenes, es súper práctica y decorativa.
Colores
En una de las decisiones que posiblemente no te pongas de acuerdo con tu hijo adolescente es en la elección de los colores. Seguramente el joven preferirá colores vivos y fuertes (es cosa de la edad), pero debes hacerle entender que esos colores podrían no ayudarle nada en su descanso y que acabarán por estresarle.
Sin embargo, lo mejor es siempre decantarse por los colores neutros y utilizar los colores vivos en diversos accesorios decorativos de la habitación, como lámparas, cojines, ropa de cama… Piensa que estos elementos pueden cambiarse fácilmente a medida que los gustos de tu hijo cambien. Una habitación como la que puedes ver en la fotografía es la ideal para que tu hijo no se canse de la decoración.
Zona de estudio
Por supuesto debes tener en cuenta que tu hijo va a pasar muchas horas de estudio y trabajo en este lugar, así que no hay que escatimar a la hora de escoger el mobiliario que va a servir para que realice este tipo de funciones. Piensa que cuanto más a gusto se sienta, más aprovechará el tiempo y aumentará su capacidad de aprendizaje y retención.