¿Cuántas veces te has parado a pensar en la importancia que tiene la seguridad a la hora de decorar un hogar? No solo hay que preocuparse por la decoración o por cubrir necesidades básicas con muebles que son fundamentales, sino que también hay que prestar atención a una serie de aspectos que nos ayudan a vivir sin sobresaltos.
Esto hay que tomárselo todavía más en serio cuando se trata de preparar la habitación de un bebé, ya que existen una serie de riesgos que hay que minimizar al máximo para evitar disgustos. De ello te vamos a hablar en este artículo, así que toma nota para que el más pequeño de la casa pueda campar a sus anchas en su habitación sin que te pongas de los nervios.
Orden
Es cierto que la movilidad de los bebés es bastante reducida, sobre todo durante los primeros meses de vida. Eso sí, cuando empiezan a gatear la cosa cambia, ya que son capaces de moverse con cierta soltura por su habitación.
Eso significa que tendrás que mantener el orden evitando que haya piezas pequeñas sueltas que se pueda tragar, ya que a esas edades no distinguen entre lo que es comida y lo que no es comida y se lo llevan todo a la boca porque es la forma en la que reconocen distintos objetos.
Pintura
Si vas a pintar las paredes, lo cual es muy habitual antes de que el bebé llegue al mundo, asegúrate de que utilizas pintura que no es tóxica. Esto es más importante de lo que parece, así que conviene pararse a mirar la etiqueta del fabricante para asegurarse. Otra opción es decantarse por el papel pintado, que no ofrece ese problema y te permite decorar paredes con motivos infantiles como pueden ser animales, flores o coches.
Cuna y cambiador
A la hora de comprar los muebles de la habitación, elige bien tanto la cuna como el cambiador, ya que es donde van a pasar más tiempo. La cuna debe ser cómoda y lo suficientemente grande como para que pueda moverse. Eso sí, ten en cuenta que a los más pequeños les gusta sentir que están tocando algo, ya que de lo contrario piensan que están solos y es entonces cuando empiezan a llorar y no pueden dormir. ¿Conclusión? Que se pueda mover, sí, pero que no sea demasiado grande.
Cámara de vigilancia
Algo que no puede faltar en una habitación de bebé es una cámara de vigilancia. Existen muchos modelos en el mercado que se adaptan a todo tipo de presupuestos, así que solo tendrás que elegir la que quieras en función de lo que te quieras gastar y las funciones que deseas que incluya. Las más baratas solo emiten el sonido, mientras que las más caras te permiten ver cómo está el bebé en una pantalla que es de visión nocturna. Además, también hay otras funciones, como por ejemplo la de poder hablarle al bebé para que se tranquilice o ponerle canciones relajantes para ayudarle a conciliar el sueño.
Muy importante
Hay otras tres consideraciones que no puedes pasar por alto por la seguridad del bebé. Una tiene que ver con los enchufes, que como bien sabes están a la altura de cualquier niño que empieza a gatear. Existen unas tapas que puedes colocar en dichos enchufes para evitar que pongan los dedos donde no deben. La segunda consideración, la de poner topes en las puertas, no es menos importante. Gracias a estos pequeños accesorios evitamos que el bebé pueda pillarse los dedos al abrir o cerrar una puerta. Por último, asegúrate de anclar todos los muebles a la pared, como es el caso de estanterías, cajoneras, cómodas…