¿Quieres pintar tu casa? En ese caso estamos convencidos de que te interesará saber qué colores son los que más te convienen en función de una serie de variables que hay que valorar para acertar. No solo hay que dejarse guiar por el gusto que uno tiene, sino que también hay que tener en cuenta una serie de aspectos que hacen que unos tonos sean más favorecedores que otros.
Toma nota de lo que te contamos a continuación y verás que no es tan difícil acertar.
¿Qué quieres transmitir?
En función de lo que quieras transmitir tendrás que decantarte por unos colores u otros. Si lo que quieres es que haya alegría, apuesta por colores vivos y no tengas dudas. Eso sí, ten en cuenta que son colores más de verano que de invierno. El blanco, por su parte, es el que te ayudará a ampliar espacios y generará serenidad, lo mismo que se puede decir del azul. Si por el contrario lo que buscas es crear una atmósfera acogedora, es probable que lo tuyo sea el beige o los tonos tierra, que son los que más se ven cuando nos encontramos en pleno otoño.
Brillante o mate
Puede parecer una tontería, pero la elección de una pintura brillante o mate genera diferencias considerables. El acabado mate permite disimular mucho mejor los defectos de las paredes, aunque también es verdad que es más difícil de limpiar. El acabado brillante, por contra, sirve para reflejar la luz y permite que una estancia pequeña parezca más grande de lo que realmente es. De ahí que no sea tan fácil elegir la que más le conviene a tu hogar.
Luz natural
¿Entra mucha luz natural en tu casa? Si es así y los metros cuadrados no escasean, puedes permitirte el lujo de pintar con colores oscuros. Si las condiciones son totalmente opuestas, no te quedará más remedio que utilizar colores claros con los que podrás amplificar el espacio a nivel visual, al tiempo que lo verás todo más despejado y te sentirás muy a gusto. Eso sí, la elegancia que transmite el color negro no la vas a obtener con el color blanco.
Debe haber una cierta armonía
De nada sirve guiarse teniendo en cuenta todo lo anterior si uno no se fija en los muebles y complementos con los que va a tener que convivir la pintura. Como es mucho más fácil cambiar el color de las paredes que cambiar de muebles y complementos, lo más lógico es que elijas el color pensando en uno que pueda llevarse bien con la decoración de tu casa.
Los colores suaves son los más indicados cuando el mobiliario es oscuro o colorido, pero si el mobiliario es más bien clarito tendrías que optar por un tono con algo más de presencia para que haya un cierto contraste que siempre es necesario para que el resultado no sea soso.
No te dejes llevar por el aburrimiento
Aunque leas mil y una veces que el blanco es un color perfecto por muchas razones, valora al posibilidad de dejarlo aparcado para probar algo nuevo. Hoy en día hay una gama cromática bestial que te permite encontrar infinidad de colores que pueden quedar muy bien en cualquier estancia. No te canses de buscar y trata de ver cómo podría quedar en tus habitaciones utilizando simuladores de pintura como los que hay en Internet. Es la mejor forma de hacerse una idea sin tener que comprar la pintura y empezar a pasar el rodillo, algo que no solo conlleva una pérdida de tiempo, sino que implica dejar la casa patas arriba para que no se manche nada.