¿Estás pensando en cambiar la decoración de tu dormitorio? Pues antes de que comiences a comprar muebles y complementos sin ton ni son, es importante que reflexiones sobre diferentes aspectos: el tamaño de la estancia, la luz natural que entra en el espacio, el estilo… Por supuesto, también es importante que decidas qué colores quieres que primen en la estancia, siempre teniendo en cuenta que esta habitación deberá ser un lugar que invite a la calma y al descanso. Además, es mejor que se trate de un lugar luminoso y visualmente amplio. Son muchas las combinaciones por las que podrás decantarte, pero hoy queremos hablarte sobre una de las que mejores resultados da. Nos referimos a los dormitorios en blanco y azul. ¿Te gustaría acompañarnos?
Por qué escoger la combinación blanco-azul para el dormitorio
Sin duda, una de las mejores combinaciones de colores para el dormitorio es la formada por el blanco y el azul, dos colores frescos que pueden ayudarnos a dar más luminosidad a la estancia y a ampliarla visualmente. Además, es importante tener en cuenta que los tonos azules, especialmente los claros y los que se acercan a los grises, aportan calma y serenidad, por lo que resultan ideales para una estancia que usamos principalmente para descansar. Por su parte, el blanco es el color que más luminosidad y amplitud aporta.
Dormitorios en blanco y azul de diferentes estilos
Por otro lado, es importante tener en cuenta que la combinación blanco-azul es ideal para dormitorios de diferentes estilos: modernos, vintage, clásicos, minimalistas… Eso sí, si es protagonista de un estilo es del mediterráneo. En cualquier caso, gracias a la mezcla de estos colores conseguirás dormitorios frescos, relajantes y estéticamente muy atractivos, siempre y cuando se utilicen correctamente, como ocurre en el dormitorio de matrimonio de la siguiente imagen.
Cómo combinar el blanco y el azul en las habitaciones
Lógicamente, podrás combinar estos colores de múltiples formas. Lo más habitual es decantarse por el blanco para las piezas de mobiliario y escoger el azul para las paredes, los textiles y los objetos decorativos. Otra opción que queda muy bien es la de pintar la pared del cabecero en azul, escogiendo otras tonalidades (también el blanco) para el resto de las paredes. Lo que es menos habitual es escoger los muebles en azul, sobre todo la cama y el armario. Eso sí, sí que es buena idea colocar alguna pieza de mobiliario auxiliar en este fresco color, como un sillón, un puff o un cabecero. Además, también puedes decantarte por los muebles en blanco que incluyen detalles en azul, que suelen ser bastante modernos. Puedes ver un ejemplo en el dormitorio de matrimonio que te mostramos en la siguiente imagen.
Dependiendo del espacio y la luz natural
Por supuesto, a la hora de escoger las tonalidades de azul que formarán parte de la estancia y el protagonismo que tendrán, deberás tener en cuenta las características del espacio, sobre todo en lo que se refiere al tamaño y a la luz natural que recibe. Así, es mejor decantarse por tonalidades de azul más claras para dormitorios con pocos metros cuadrados y con escasez de luz, ya que estos ayudan a ampliar el espacio visualmente y a dar una mayor luminosidad. En cambio, los tonos oscuros son más recomendables para habitaciones grandes y luminosas. Eso sí, podrás decantarte por ellos aunque tengas un dormitorio con pocos metros cuadrados, siempre y cuando los utilices para los detalles. Independientemente de las dimensiones, no es recomendable escoger un azul oscuro para las paredes, al menos no para todas. Lo que sí que es buena idea es aplicarlo en una única pared, preferiblemente la del cabecero.