La decoración de un dormitorio infantil no es tan sencilla como parece. Queremos que todo esté perfecto y por desgracia eso no siempre se puede conseguir. Por ello, te recomendamos tener en cuenta que existen una serie de errores frecuentes que es mejor evitar para llegar al resultado deseado.
Decoración sin personalidad
Una habitación infantil no puede ser una habitación que no diga nada. Debe tener su dosis de personalidad, para lo cual te recomendamos tener muy en cuenta la opinión del más pequeño de la casa, si es que es lo suficientemente grande como para poder opinar al respecto, claro. Tener en cuenta sus gustos hará que se sienta mejor en la habitación, aunque evidentemente no tenemos que aceptarlo todo, ya que una cosa es lo que a uno le gusta y otra cosa es lo que debe ser.
Decoración sosa
La decoración de una habitación infantil no debería ser aburrida bajo ningún concepto. Hay que apostar por la alegría, y para ello no hay nada mejor que decantarse por colores vivos, por colores que aportan mucho sin necesidad de que la habitación sea espectacular por otros factores. El verde y el azul transmiten tranquilidad, mientras que el amarillo o el rojo ayudan a que seamos más creativos, ya que nos mantienen más activos. Podrías elegir un color u otro en función de cómo sea tu hijo, ya que a un niño muy nervioso podría venirle bien tener una habitación en la que el azul es el gran protagonista, puesto que de esta forma podrá relajarse y concentrarse con más facilidad. En ese sentido, hay que creer en la colorterapia.
No pensar en la seguridad
Otro error que podemos cometer es el de no tener en cuenta ciertos aspectos que tienen mucho que ver con la seguridad, algo que en las habitaciones infantiles es prioritario. Por ejemplo, hay que collar los muebles a la pared para evitar que al subirse se les puedan caer encima. Este tipo de recomendaciones es muy importante a cualquier edad, pero sobre todo cuando los niños son muy pequeños y no son conscientes de ciertos peligros, como por ejemplo el bebé que lleva sus dedos directamente a un enchufe con el peligro que eso conlleva.
Bonito, pero poco práctico
Cuando decoramos una habitación infantil tendemos a pensar en lo bonita que nos va a quedar. Por supuesto que hay que hacerlo porque la decoración consiste en eso, pero también hay que ser lo suficientemente precavido como para no caer en el error de no pensar en la parte práctica. Por ejemplo, debes comprar una silla o un escritorio que se adapten a su altura, porque si son demasiado grandes o pequeños no se sentirán cómodos. En ese sentido, una buena idea es la de comprar muebles que se adaptan al crecimiento de los niños, ya que de esta forma siempre encuentran el punto exacto y tú puedes ahorrar mucho dinero.
Poco almacenaje
El almacenamiento es fundamental en cualquier estancia del hogar, pero sobre todo en el dormitorio infantil. ¿Por qué? Pues porque los juguetes se van acumulando y es importante que empiecen a saber lo que es el orden desde que son pequeños. Cada cosa debe ir en su sitio, y para que eso sea posible hay que buscar soluciones de almacenaje prácticas. Por ejemplo, una cajonera con su ropa o una pequeña librería en la que ir colocando todos los libros. Tanto tú como los pequeños lo agradeceréis, ya que todo estará siempre más ordenado.