A la hora de decorar cualquier estancia del hogar hay que tener en cuenta un montón de factores: el espacio disponible, los colores, los materiales, las texturas, los detalles decorativos… Uno de los aspectos esenciales es la iluminación, aunque muchas veces la dejamos en un segundo plano, cometiendo una serie de errores que pueden ser muy negativos para el resultado final de la decoración y que, además, pueden ser complicados de modificar. Por eso, hoy queremos hablarte de las principales equivocaciones que solemos cometer a la hora de iluminar el hogar. ¿Te apetece acompañarnos?
Errores con la iluminación natural
En primer lugar, queremos hablarte de los errores que cometemos en cuanto a la iluminación natural del hogar que, como sabes, es la más importante, ya que los rayos de sol potencian la luminosidad, el espacio y, además, nos llenan de energía. Así, no deberás cometer la equivocación, especialmente si te encuentras en un espacio pequeño, de escoger textiles oscuros para cubrir las ventanas y las balconeras, ya que estos bloquearán totalmente la entrada de la luz. Una buena idea es decantarse por cortinas claras, como puedes ver en el dormitorio de matrimonio que te mostramos en la siguiente fotografía.
Otro error típico que debes evitar es el de colocar muebles grandes delante de las ventanas, ya que bloquearán la entrada de la luz natural. Si no te queda más remedio que poner un mueble delante de una fuente de luz natural, procura que sea de una altura baja. Por otro lado, si se trata de una estancia oscura o de pocos metros cuadrados, lo ideal es que te decantes por colores claros tanto para las paredes y los techos como para los muebles. Por ejemplo, unos muebles de salón blancos como los que puedes ver en la siguiente imagen pueden ser ideales para comedores con poca luz natural y pequeños.
Escoger solo una luz principal
Uno de los principales errores que cometemos a la hora de decorar cualquier estancia del hogar es pensar que con una iluminación principal es suficiente. Sin embargo, lo ideal es disponer de diferentes fuentes de luz dependiendo de las necesidades de cada estancia. Por ejemplo, en el salón-comedor es necesario contar con una fuente de luz sobre la mesa y otras en distintos puntos de la estancia: al lado del sofá para poder leer, en los muebles para saber qué hay dentro…
Utilizar luces blancas en lugar de amarillas y viceversa
Debes tener en cuenta que en el mercado podrás encontrar tanto luces amarillas como blancas. Lo que tienes que saber es que dependiendo de la estancia que estés iluminando deberás decantarte por uno u otro color. Así, mientras que las blancas son adecuadas para lugares donde se requiere mucha luz (cocina, despacho, baños…), las amarillas son más recomendables para estancias donde buscamos un ambiente más íntimo, como el dormitorio o el salón.
Recibidores demasiado iluminados
Aunque, como te hemos comentado en más de una ocasión, a la hora de decorar recibidores es muy importante tener en cuenta la iluminación, no deberás exagerar con las luces. Lo que hay que tener en cuenta es que la luz deberá ser cálida para que nuestros invitados sientan que están entrando en un lugar acogedor cuando lleguen a tu casa. Lo mejor para conseguir este tipo de ambiente es optar por las lámparas de pie o de mesa.
Optar por lámparas equivocadas
Otro error típico es dejarnos guiar por la estética y escoger lámparas bonitas pero poco apropiadas para los espacios. Por ejemplo, en el cuarto de baño es importante escoger luminarias prácticas que nos permitan tener la visibilidad necesaria para maquillarnos, peinaros o afeitarnos.