Errores en la decoración de baños

Hay habitaciones especialmente complicadas de decorar, o al menos es lo que afirma la mayoría de la gente, y entre ellas se encuentra el baño. Quizá porque se piensa que tiene que ser «sota caballo y rey» y que son pocas las modificaciones o alteraciones que podemos llevar a cabo en él.

Pero nada más lejos de la realidad. Como cualquier otra estancia de la casa, el baño se puede decorar de muchas formas y estilos, solo hay que tener en cuenta los mismos referentes que en el resto de la casa para hacerlo con acierto, entre los más importantes la cantidad de luz que tiene y el espacio. Pero además hay otros elementos a tener en consideración dada su funcionalidad específica. Por eso, vamos a ver los errores que con mayor frecuencia se cometen para no caer en ellos.

 No utilices tonos demasiado oscuros

Sí, es verdad son tendencia en los últimos años, incluso el negro se ha abierto paso con fuerza porque aporta un aire de elegancia y sofisticación; últimamente lo hemos visto triunfar en azulejos y muebles de baño.

Pero estas tonalidades, además de “comerse” el espacio y la luz, motivos por los que ya no son indicados si el baño apenas tienen luminosidad o es de pocos metros, tampoco fomentan la sensación de limpieza, característica irrenunciable en esta estancia.

Si a pesar de todo lo que te hemos contado, sigues pensando en decorar en negro tu baño, resérvalo mejor para el mobiliario y procura elegirlo con acabados en madera mejor que lacados pues resultan menos agresivos, sobre todo si se entrevén la vetas de las madera.

No pongas el inodoro detrás de la puerta

 ¿Quién no ha visto un baño en el que este sanitario está colocado de esta forma? Es uno de los errores más comunes y también de los peores. Sí es cierto que colocado en esta situación queda escondido y no se ve a primera vista pero, resulta tremendamente incómodo: la puerta puede no abrirse del todo, al utilizarlo podemos toparnos con ella…

Lo más acertado es situar es sanitario lo más alejado que se pueda de la puerta sin tener en consideración si se va a ver o no al entrar, seamos sinceros  ¿acaso no es lo normal encontrarnos un inodoro al entrar en un baño? ¿ Y qué otra cosa sino esperamos ver?

No ahorres el espacio de almacenaje

Es otro error típico. Como los baños suelen ser habitáculos de pocos metros cuadrados, tendemos a reducir los muebles dedicados a guardar y organizar los elementos de uso en él. La consecuencia más habitual es que todo éstos suelen quedar desperdigados por toda la estancia creando una sensación de desorden que no favorece en nada la comodidad.

Por pequeño que sea el baño, estamos seguros de que puedes encontrar sitio donde ubicar piezas que te ayuden a mantener ese orden. Busca mochetas, pilares o retranqueos en la pared donde acomodar estanterías o muebles en columna.

Si no los encuentras estrictamente de baño, amplia tu búsqueda y acopla otras piezas “más propias” de otras habitaciones; también pueden jugar una función importante. Por ejemplo, un puff con el interior hueco te resultará muy útil para vestirte/desvestirte y para guardar la ropa sucia… Los tienes de madera que se integran a la perfección en estas estancias.

Y no olvides aprovechar el espacio bajo el lavabo para instalar un mueble con gran capacidad de almacenaje donde puedas guardar y tener a mano y ordenados los útiles pequeños de mayor uso como cepillos, botes de colonia… Son elementos que suelen quedar sobre la encimera, ensuciándola y creando una sensación de desorden, suciedad y desasosiego.

 Cuidado con los suelos laminados y las alfombras

Ambos resulta muy estéticos pero poco prácticos en esta estancia. Los primeros terminan por estropearse debido al agua y las segundas pueden resultar hasta peligrosas. Sí te gustan puedes incorporarlos siempre que sigas estas premisas: los laminados que sean hidrófugos, son más caros pero a la larga compensan porque están preparados para resistir el contacto directo con el agua. Las alfombras no las coloques nunca alrededor del inodoro; es habitual tropezar con ellas al pasar; ponlas sólo al salir de la ducha y siempre modelos específicos para este uso, de pequeño tamaño, con base plástica que evitan que se escurran y de fácil lavado.