Yo quiero de la cama color rosa, yo con la cama en forma de coche, yo prefiero litera…. Si eres padre seguro que en algún momento has oído estas y otras peticiones por parte de tus hijos. Pero decorar una habitación infantil no es sólo hacerlo según el gusto de sus inquilinos, es también saber aprovechar el espacio, distribuirlo correctamente, potenciar la luminosidad…
En estas líneas te vamos a describir los errores que más comúnmente se producen para que tú, si estás pensado en decorar la habitación de tus hijos, no los cometas y consigas darles una habitación bonita y adecuada a sus gustos pero también con todo lo que puedan necesitar.
Error nº 1: No consultar a los niños.
Creemos que como son pequeños no saben lo que quieren y que todo lo que piden son caprichos. Muchas veces puede que sea así, pero otras no. En cualquier caso, para discernir entre una y otra posibilidad estamos los adultos, también para poner los límites a lo imposible: una tienda de campaña en el centro de la habitación, una cama suspendida del techo…
Lo cierto es que siempre merece la pena que preguntemos a nuestros hijos qué es lo que les gusta y, sobre todo, que van a necesitar. Y no sólo porque psiquiatras y pedagogos expliquen que no se debe actuar como si el niño no existiera a la hora de tomar una decisión que les afecte tan de cerca, sino porque nadie mejor que el usuario (tenga la edad que tenga) para decir cómo le gustan las cosas y que va a necesitar. Por ejemplo, si a un niño le encanta la lectura te pedirá estanterías y librerías para organizar sus libros; uno que prefiere dedicar su tiempo libre sentado frente al ordenador, quizá se decante más por tener una mesa y una silla cómodas.
Error nº 2: Crear un ambiente temático
A no ser que nuestro hijo sea ya un adolescente (y ni aún así), lo normal es que los niños, con el tiempo, vayan cambiando sus gustos y aficiones. De las hadas, pasarán a las High Moster, o de Tarzán y la jungla a los guerreros de Juego de Tronos. Así que, si no queremos tener que cambiar la decoración cada pocos años, y acarrear con el gasto económico que ello conlleva, debemos evitar estos ambientes temáticos y apostar mejor por elementos neutros como pintura blanca en las paredes, muebles de maderas claras o colores poco llamativos…
Y para satisfacer los gustos de los niños, podemos introducir pequeños elementos, fáciles de cambiar y con poco coste como una alfombra con el dibujo de Piratas, la lámpara del Rey León…
Error nº 3: Poner muebles que no saben utilizar
Los más pequeños de la casa necesitan muebles sencillos, adaptados a su altura – ¿para qué quieren una cómoda de 5 cajones si sólo llegan a los inferiores?- y polivalentes; es decir que según vayan creciendo y cambiando sus necesidades puedan ir utilizándolos de forma diferente. Por ejemplo un puff con tapa elevable puede ser al principio el lugar ideal para guardar los juguetes, más adelante el almacén donde tener a mano sus accesorios de ropa (gorras, cinturones…) y al mismo tiempo un estupendo asiento donde relajarse, jugar…
Error nº4: No calcular bien el espacio
Ojo con este “pequeño” detalle porque se puede convertir en un auténtico problema. Si tu visión espacial no es muy buena, te aconsejamos que te ayudes con un programa de diseño de interiores (en Internet tienes muchos) o que dibujes en un papel, a escala, la habitación y los muebles y vayas jugando con ellos hasta dar con los que mejor se adecúan y también con la distribución que mejor aproveche el espacio. Sólo así sabrás si te conviene pone camas individuales, compactos, literas, abatibles…
Afortunadamente cada vez son más las posibilidades que nos ofrece el mercado.