Decorar una casa en la montaña no es lo mismo que decorar una casa en la playa. Es por ello que hay que apostar por un tipo de decoración totalmente distinta en función de dónde esté situada nuestra segunda residencia (o tal vez primera).
Para ayudarte con la tarea, queremos compartir contigo una serie de ideas que harán que tengas mucho más claro los pasos a seguir para decorar una casa en la montaña. ¿Te apetece conocerlas?
Estilo rústico
A la hora de elegir el estilo decorativo ideal no suele haber demasiadas dudas. ¿Por qué? Pues porque el estilo rústico es el que mejor encaja con una casa situada en la montaña. Eso sí, también puedes mezclarlo con otros estilos, como por ejemplo el vintage, e incluso puedes decantarte por una decoración completamente moderna apostando por el estilo nórdico, que también es válido por el simple hecho de dar todo el protagonismo del mundo a la madera, que es el material estrella del estilo rústico.
Madera
Como hemos comentado en el párrafo anterior, no hay ningún material más recomendable que la madera, que es capaz de transmitir esa calidez que uno busca cuando está en una casa situada en la montaña. Te en cuenta que hay maderas de muchos tipos y no pienses solo en ella fijándote en los muebles, ya que también puedes colocarla en el suelo y hasta en las paredes y el techo, ya que venden revestimientos que son realmente atractivos y que te permiten alicatar un piso de arriba abajo.
Chimenea
¿Hay algo más característico de una casa en la montaña que una chimenea? ¡Por supuesto que no! Si tienes la posibilidad de incluir una, no te lo pienses dos veces. Los inviernos serán mucho más llevaderos y os sentiréis muy cómodos charlando o viendo una película alrededor de ella. Además, hoy en día venden modelos de chimeneas de todo tipo, así que no os costará encontrar la que deseáis en función de vuestras preferencias y el presupuesto disponible.
Toques vintage
Como hemos dejado caer anteriormente, el estilo rústico es un estilo que admite varios tipos de decoraciones, como por ejemplo la vintage. Al ser un estilo más cercano a lo antiguo que a lo nuevo, te permite incluir piezas desgastadas o del pasado, como es el caso de un antiguo teléfono, una lámpara con un acabado típico del siglo pasado o una placa inspirada en los años 80. Todo es cuestión de darle vueltas a la decoración para encontrar esos detalles que marcan la diferencia.
Colores cálidos
De la misma forma que uno piensa en una chimenea para dar el toque definitivo al salón de una casa en la montaña, no hay que descuidar la elección de los colores para crear calidez. Los más recomendables son los tonos tierra, el rojo, el naranja, el maíz… No son los más habituales en el mundo de la decoración, pero tenemos que decir que en la actualidad existe una variedad tan amplia de tonos que el resultado puede ser excepcional.
Textiles
Mientras que en verano y en una casa cercana al mar lo que se recomienda es que haya pocos tejidos y que sean vaporosos, en una casa de montaña se pide todo lo contrario. Los tejidos son bienvenidos en todas sus variedades, y con ello me refiero a cortinas, alfombras, cojines, plaids, tapices… Hay infinidad de complementos que podrás utilizar, y en ese sentido no debes tener dudas a la hora de elegir el tejido: cuanto más mullido mejor, ya que no solo transmitirá calidez a simple vista, sino que también te la transmitirá de forma real, como es el caso de un cojín que abrazas en el sofá.