Ideas para decorar una habitación de invitados

¿Eres un buen anfitrión? ¡Seguro que sí! Para serlo hay que tener en cuenta una serie de detalles, como por ejemplo el de preparar la habitación de invitados para que tus familiares y amigos se sientan como en casa.

A continuación vamos a darte una serie de ideas con las que podrás decorar la habitación de invitados como te gustaría encontrártela a ti si fueras a pasar unos días fuera. ¿Te apetece conocerlas?

Decoración acogedora y sin asumir riesgos

Puede ser un error arriesgar más de la cuenta con una habitación en la que no vamos a estar durmiendo nosotros. No tenemos que pensar en nuestros gustos, que pueden ser un tanto peculiares, sino que hay que tratar de amoldarse a las personas que vienen. ¿Qué significa eso? Pues que más vale decantarse por colores neutros y no arriesgar para acertar. Tonos como el blanco o el beige pueden servirte como punto de partida para crear una habitación espectacular, que por el hecho de ser neutra no tiene por qué renunciar a una dosis de personalidad elevada.

Una cama cómoda

Es lo más importante de una habitación de invitados. En la cama van a descansar y es donde querrán sentirse más cómodos después de una larga jornada. Eso significa que tienes que hacer todo lo posible por prepararla a conciencia cuidando todos y cada uno de los detalles. Si todavía no tienes la cama, compra una grande para que nadie pueda decir que los pies se le salían por debajo. Piensa que tu altura no tiene por qué ser como la de los demás y asegura el tiro apostando por algo grande.

Detalles únicos y todo tipo de facilidades

El buen anfitrión es el que no deja ningún detalle al azar. Lo tiene todo en cuenta y piensa en todas y cada una de las necesidades que pueden tener los invitados durante su estancia. ¿Un ejemplo? El hecho de colocar unas zapatillas de estar por casa como las que tienen en los hoteles. Y puestos a ser detallistas, también deberíamos añadir la clave del WiFi y dejar agua en la mesita de noche para que no tengan que ir a por ella por la noche a oscuras y sin conocer exactamente la distribución del piso.

Limpieza y buen olor

Hay que reconocer que lo primero que nos entra por la vista cuando vamos a un hotel es el tema de la limpieza. Y si hay que hablar del olfato, que conviene hacerlo, también deberíamos referirnos al olor. Haz todo lo posible para que tus invitados se den cuenta de que están en una habitación limpia y que huele bien, para lo que deberías valerte de unas velas aromáticas o incienso. Eso sí, que no sea un olor demasiado intenso porque no todo el mundo tolera según qué aromas, y menos cuando se trata de dormir. Por otra parte, aunque de forma regular vayas limpiando la habitación de los invitados sin que nadie pase por ella, no olvides pasar el plumero antes de meter a alguien ahí. Lo agradecerá de forma especial si es alérgico al polvo.

Orden

Relacionado con la limpieza está el tema del orden. A nadie le gusta llegar a un sitio nuevo y ver que todo está desordenado. Hay que colocar cada cosa en su sitio y evitar que haya más objetos de los que son necesarios en una habitación de invitados. Lo ideal es decantarse por el minimalismo, por un ambiente despejado y diáfano en el que la luz natural fluya sin problemas para que nuestro invitado no tenga que encender la luz durante buena parte del día.

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