La iluminación es uno de los factores clave a la hora de decorar el hogar. Y aunque es esencial que proporciones a tu casa una buena iluminación artificial, es todavía más importante que potencies la luz natural, ya que una casa donde los rayos de sol son los protagonistas suele ser más amplia y agradable. Lógicamente, para lograr esto es imprescindible que el domicilio cuente con ventanas que estén bien orientadas, aunque existen algunos trucos que también te permitirán tener más claridad en los espacios. La buena elección de los colores es uno de ellos.
Blanco
Lo primero que deberás tener en cuenta a la hora de decorar una estancia poco luminosa es que los colores claros se convertirán en tus grandes aliados. Y es que estos te ayudarán a ganar luz y, consecuentemente, una sensación de amplitud visual. Lógicamente, el blanco es el rey cuando de dar luminosidad a los espacios se trata, ya que puede llegar a reflejar el 80% de la luz. Además, al tratarse de un color que trasmite limpieza, pureza y, sobre todo, mucha serenidad, es muy utilizado a la hora de decorar el hogar en cualquiera de sus tonalidades. Lo que más suelen recomendar los decoradores es que se utilice este color sobre todo para pintar las paredes y los techos, aunque tampoco es mala idea decantarse por tonos neutros u otro tipo de colores claros para estas grandes superficies y optar por el blanco para el mobiliario. Y es que los muebles blancos también serán capaces de dar más luminosidad a los ambientes.
Gris
Otro color que puede hacer que tu vivienda se vea más luminosa es el gris. Eso sí, siempre que éste se presente en una tonalidad clara. Lo mejor de este color, además de potenciar la luz natural, es que es capaz de darle a cualquier estancia un toque de elegancia, algo ideal para espacios como el salón. Si quieres potenciar aún más la luz, lo que te recomendamos es que combines el gris con mobiliario en color blanco en caso de que lo utilices para las paredes, y viceversa.
Colores más frescos
Cuando se trata de dar luminosidad a las estancias siempre solemos pensar en el blanco, pero hay otros colores que son capaces de conseguir un efecto similar y, además, ofrecer frescura a las estancias. Nos estamos refiriendo a tonalidades como el verde agua o el azul. Este tipo de tonalidades son alegres y aportan a los espacios un toque natural, ofreciendo un ambiente más tranquilo y más amplio visualmente. Lo ideal es que utilices estos colores para las paredes o para los complementos o detalles decorativos. Además, debes saber que combinan a la perfección con el mobiliario blanco y con los de madera más clara. Puedes ver un ejemplo de lo que estamos hablando en el dormitorio de matrimonio de la siguiente fotografía, en el que los muebles son blancos y los textiles y accesorios de color azul.
Pasteles
Tampoco podemos olvidarnos de las tonalidades pastel, que aunque no suelen ser muy tenidas en cuenta, lo cierto es que son capaces de aportar luz a las estancias si se combinan con blancos. Además, son las tonalidades ideales para darle vitalidad y optimismo a los espacios.
Neutros claros
Por último, tenemos que hablarte de otros colores neutros aparte del gris y el blanco. Y es que los cremas, los tierras y los tostados en sus versiones más claras son capaces de dar más luminosidad al hogar, creando a su vez una sensación de amplitud visual. Además, aportan elegancia y sosiego, por lo que son ideales para espacios estancias como el salón.